El 21 de marzo de 1951 fue creada la Base Antártica San Martín, primera base continental argentina, debajo del círculo polar y por entonces la más austral del mundo, una crónica de quien en el año 1993 fue su jefe, Alejandro Bertotto.
Hace unos años, en la ciudad de Ushuaia se realizó el Segundo Congreso de Estudiantes Historia Regional y Patagónica “Una visión inter – pluri – transdisciplinaria de nuestra región austral” en donde tuve el honor de exponer ante estudiantes de la región patagónica argentino – chilena sobre Estrategia Antártica Argentina, concebida en la vida y obra del general Hernán Pujato “El San Martín de los Antárticos”. En aquél importante evento académico fueguino, tuve la oportunidad de sintetizar la encomiable obra del general Hernán Pujato, lo que como discípulo del gran prohombre antártico argentino, representó no sólo el honor de referirme a su obra sino a subrayar la importancia de la obtención del primero de sus objetivos el 21 de marzo de 1951 -fecha que hoy rememoramos-, en que fue creada la Base Antártica San Martín, primera base continental argentina, debajo del círculo polar y por entonces la más austral del mundo, de la cual el destino me otorgó en el año 1993, el honor de ser su jefe, incorporándome orgulloso a la lista de “Hombres de voluntad que luchan y vencen desde 1951”.
El eje de aquella disertación en los cinco ejes del Plan Estratégico del insigne prócer contemporáneo de nuestra proyección como país del continente blanco, ya que: 1. Jalonar los límites del Reclamo de Soberanía Antártica Nacional, con Bases Polares. 2. Crear el Instituto Antártico Argentino (I.A.A.). 3. Adquirir para la operación antártica un buque específico (Rompe Hielos San Martín). 4. Llegar por tierra al Polo Sur Geográfico. 5. Desarrollar un plan de colonización humana en la Antártida. Sintetizaron y jalonaron el accionar antártico nacional por más de medio siglo, sentando las bases más profundas para solventar los reclamos soberanos de nuestro país en esas altas latitudes.
Sin dudas el presidente Juan Domingo Perón se constituyó en apoyo decisivo a este plan estratégico del general Pujato y que era penetrar “costas adentro” del continente blanco; relevar su topografía hasta el Polo, y establecer bases, refugios y una población permanente de familias. “Su excelente relación con el general Perón sería en 1956 el principal argumento de miopes dirigentes para sabotear y detener su proyecto”.
Como ex jefe de base que además fuera responsable de la política antártica provincial en la naciente provincia de Tierra del Fuego, y a modo de graficar equidistancias, podemos afirmar que Pujato, “El San Martín de los antárticos”, significó a la vida antártica argentina lo que Savio fue a la siderurgia nacional o Mosconi al desarrollo de nuestros hidrocarburos. Su temple, su sentido del deber, su espíritu abnegado y luchador, fueron algunas de las características que lo distinguieron. Jefe exigente, austero, de fuerte personalidad, se constituyó siempre en ejemplo para sus subordinados. Pujato y su obra fueron la base de la estrategia antártica más profunda de la historia argentina.
La profusa exploración realizada por él en lugares desconocidos del continente blanco, brindó a la república renombre internacional y el prestigio donde se apoya la preeminencia nacional en el concierto antártico mundial. Su plan antártico, sencillo, práctico y concreto, estableció físicamente los límites del reclamo argentino en la Antártida (Bases San Martín y Belgrano), fundó el primer organismo científico del mundo concebido para conducir el accionar antártico nacional (I.A.A), obtuvo para el estado argentino el primer buque específico para la actividad (Rompehielos San Martín), previó la colonización del continente blanco y proyectó la primera expedición científica terrestre argentina al polo sur. Pujato se adelanta así, 10 años a lo que establecería en 1961 el imperio del Tratado Antártico, que lleva como mandato para la actividad del hombre en la Antártida, a la investigación científica y la cooperación internacional.
Es una obligación moral rescatar de aquella gran historia, un hecho poco conocido que hizo posible que esta promesa se convirtiera en historia real, que fue que el 12 de febrero de 1951, zarpa a bordo del Transporte Patagónico Santa Micaela, de la empresa Pérez Companc, al comando del Capitán de Ultramar Santiago Farell, la 1ª Expedición Científica a la Antártida Continental Argentina que gracias al apoyo desinteresado de estos marinos mercantes, el 21 de marzo argentina inaugura la Base San Martín (68,7 S – 67,8 O), en Bahía Margarita, debajo del Círculo Polar Antártico. Fue la primera base polar científica continental argentina y en ese entonces la más austral del mundo.
Ascendido a Gral. de Brigada como Jefe de la Base San Martín y a General de División como Jefe de la Base Belgrano, con el tiempo, fue honrado por importantes instituciones nacionales e internacionales, en 1967, el comité consultivo de nombres antárticos (USACAN) denominó como “Cerro Pujato” al afloramiento rocoso ubicado en los 82º 40`Sur y 42º 57`Oeste; en 1981, se lo designa como “Comandante Antártico Honorario” y recibe además medallas, condecoraciones y reconocimientos por su elevado sentido del deber, abnegación y patriotismo por parte del Congreso de la Nación; Ejército Argentino; Presidencia de la Nación, municipios y otras organizaciones.
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