Operativo para identificar si los restos que le entregaron son los de su padre

El juez Sebastián Osado Viruel autorizó, las diligencias preliminares para trasladar y tomar muestras de quien se supone sería Juan de la Cruz Sena, una de las personas que permaneció durante un año en un depósito de la funeraria Ramón Oviedo, a la espera de su cremación junto a decenas de féretros. La Justicia resolvió que el féretro se traslade a Río Grande para cumplir con las pericias y la familia pueda verificar si los restos entregados son los de su padre.

 
El titular del Juzgado en lo Civil y Comercial N°1 del Distrito Judicial Sur, Sebastián Osado Viruel, aprobó mediante el correspondiente proveído, que el próximo 10 de septiembre se proceda a la realización de las prácticas que resulten necesarias para lograr identificar fehaciéntemente a quien en vida fuera Juan de la Cruz Sena.
 Como se recordará, el caso cobró gran notoriedad en los medios de prensa locales y nacionales, por sus singulares características. El vecino de Ushuaia falleció el 16 de marzo del año 2020, expresando que su última voluntad era que sus restos fueran cremados y luego esparcidos sobre el Río Paraná, en su provincia natal, Corrientes.
Como estaba adherido a un sistema de pago anticipado en vida del servicio funerario, provisto por Ramón Oviedo Funeral Assistance S.A., sus restos quedaron en resguardo de la mencionada firma. Creyendo que el cadáver iba a ser alojado en un “tanatorio” como les fue asegurado por los responsables de la cochería, los familiares se sorprendieron al enterarse que don Sena y muchos otros fallecidos, en realidad estaban en un galpón, con dudosa identificación en cada féretro y en condiciones precarias, dado que las instalaciones anteriormente servían para alojar colectivos de turismo.
Ante este panorama se inició la causa “Sena Sandra Graciela contra Ramón Oviedo Funeral Assitance S.A”, en la que los deudos pidieron a la Justicia que se constate que la persona que se encuentra en el interior del ataúd desde hace casi 18 meses y con el rótulo escrito en letra de computadora “Juan Sena”, sea realmente él un operativo sin precedentes, el día 10 de septiembre  partirá desde el osario del cementerio Antiguos Pobladores, en Maipú y Guaraní, el furgón mortuorio de  la empresa Manantiales.

Detrás, se encolumnarán los vehículos del juez Sebastián Viruel, sus auxiliares; la actuaria del Juzgado Civil y Comercial Nro 1, la familia Sena; la abogada que los representa, Dra. Griselda Engelhard y el director del cuerpo médico forense. Formando un cordón sanitario, la caravana será escoltada por móviles policiales en los que también se trasladará personal de la División Policía Científica.

Una vez en la ciudad de Río Grande, todos se dirigirán a un lugar  acondicionado especialmente, dado que la morgue del Hospital Regional Río Grande no cuenta con el espacio para albergar a tantas personas y para realizar la práctica de identificación.

Culminada la práctica, se procederá al reemplazo de la caja metálica, su posterior sellado y traslado de los restos al cementerio Municipal de Río Grande, para su resguardo hasta la obtención de los resultados.

Dos de los hijos de Juan Sena aportarán las muestras de ADN para el cotejo e individualización en el laboratorio que llevará a cabo el análisis.

Con esto, la familia de Juan Sena, querellante en la causa  contra  Ramón Oviedo Funeral Assitance SA, podrá corroborar que los restos entregados por la funeraria, después de un año de mantenerlos en custodia en un depósito clandestino, son efectivamente los de su padre.